Si crees que una floristería de barrio se encuentra a salvo de ‘ha ckers’ malosos, esto que te voy a contar seguro te interesa.
La floristería de Manolita lleva más de 30 años en mi barrio. Cuando ella empezó no tenía ni idea de flores pero sí que sabía las emociones que podían provocar.
Su abuelo le regalaba una rosa fresca a su abuela cada poco tiempo y Manolita todavía recuerda la cara de felicidad de su abuela con su rosa nueva.
Ella tenía clara la motivación que le hizo abrir su floristería y se la contaba a cada cliente que entraba.
Con pelos y señales mientras te preparaba tu pedido, podías imaginarte la sonrisa de su abuela mientras te cortaba el tallo de tu rosa.
La última vez que entré me contó que se había unido a eso del «Wasap» porque a los jóvenes de hoy en día hay que hablarles por el teléfono.
-«Todo el día con los auriculares puestos y la mirada clavada en el aparato.»
Refunfuñando me dio una tarjeta para que su sobrina me metiera en el canal de difusión.
La verdad que gracias a su sobrina pudo modernizar un poco la tienda.
La ayudó a contratar un TPV, a aparecer en Google Maps y de vez en cuando sube alguna que otra foto a las redes sociales.
Manolita se manejaba muy bien escribiendo y mandando fotos en el canal de difusión, hasta que un día los clientes recibimos un mensaje un tanto raro apuntando a una web externa.
Yo lo ignoré y al tiempo me enteré de que Manolita había caído en un bulo para robar cuentas de «Wasap».
La sobrina al no saber que hacer, tuvo que comprarle otro número de teléfono distinto y comunicarlo a los clientes.
Un follón.
Quizás Manolita le hubiera venido bien que yo sacara mi Newsletter Premium antes.
Quizás así no hubiera aprendido a las malas como funcionan estas estafas.
Creo quizás y solo quizás que ya te imaginas de qué va el email premium que estoy preparando ahora mismo.
Para consumir formación semanal en ciberseguridad, que te ayude a protegerte de fraudes y evitar desastres como los de Manolita, tengo algo para ti: